domingo, 18 de octubre de 2009

David Gómez: última entrega sobre Septimus


Una tarde neblinosa de Otoño, Snorri Snorrelsen guiaba río arriba su barcaza mercante por las tranquilas aguas hacia el castillo. Bordeó la Roca del Cuervo y puso rumbo al muelle. Allí se encontró a dos pescadores que regresaban de una muy buena jornada de pesca. Los jóvenes le dieron toda clase de consejos sobre cómo arriar la vela y cuál era la mejor manera de atar los cabos. Consejos que ella ignoró.


Snorri desembarcó dejando a Ullr, su pequeño gato anaranjado para que merodeara por la cubierta y mantuviera a raya a las ratas.

Poco después llegó al legendario salón de té y cervecería de Sally Mullin. Al entrar, todo el mundo la miraba con cara rara. Ella avanzó hasta la barra para pedir un pastel de cebada y media pinta de cerveza Springo. El camarero le dijo que a los mercaderes del norte no les servían. Snorri se quedó perpleja. Sally le insinuó que se fuera de su café, señalanado el cartel de MERCADERES NO. Pero alguien del local, dijo que dejase a la chiquilla tomarse algo. Sally rectificó.

Snorri pidió una porción de pastel de cebada y media pinta de cerveza Springo Especial, pero Sally la recomendó que probase primero la Springo Normal. A ella no le gustó, le parecía repugnante.

Este libro me está resultando un poco aburrido por eso, el próximo día voy a llevar para leer un libro sobre unos chavales que juegan al futbol.

David Gómez 1º E (ESO)

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