domingo, 21 de marzo de 2010

Mery lee Los sin rostro

Valquiria y el detective siguen intentando averiguar el misterio de los teletransportadores. Ya ha muerto el penúltimo y eso significa que por alguna razón el asesino tiene exclusivamente interés en el teletransportador adolescente, que es al único al que no ha matado. Creo tener la explicación; Necesita o necesitan a un teletransportador con los poderes no muy desarrollados, para que no se pueda escapar de lo que quieren que haga. Mientras se encarga un amigo del detective de cuidar al prematuro teletransportador Valquiria y su socio (el detective) intentan encontrar un extraño objeto mágico y que nadie se entere de ello.

Me gusta mucho este libro además es gratificante que tengas una teoría sobre lo que va a pasar y que pase.

Un antiguo amigo del detective despierta de un profundo sueño tras dos largos años en los que ha estado petrificado como si fuera una estatua. Es un sastre mago muy agradable que conoce al detective desde hace varios años. También es amigo de Valquiria, aunque no está de acuerdo con ella en que deba llevar esa vida de locura. Cree que esa vida no es apta para una niña de catorce años. Aparte el detective y Valquiria han perdido al grotesco (el cual tenían que conseguir antes que los "malos").

Me gusta mucho este libro, y aunque parece extraño, si te lees los anteriores te engancha y te fascina.

Valquiria y el detective (que ya que tiene un nombre muy extraño prefiero no mencionarlo) tienen que convencer a uno de los dos últimos teletransportadores que quedan en el mundo de que se quede con ellos ya que si no es muy seguro que le maten o que le utilicen. Al final el joven, inseguro y repelente adolescente con el don de transportarse a donde quiera y cuando quiera decide quedarse con ellos, por que si no es muy probable que tenga problemas. La razón es esta, ciertas personas quieren devolverle la vida a los Sin Rostro al mundo y el detective y Valquiria tiene que intentar impedirlo. Por eso intentan que "los malos" no cojan al teletransportador.


Me gusta este libro, se me pasa el tiempo muy rápido cuando lo leo y me intriga muchísimo.  
 
MARÍA RUANO

El final de La estrella robada

La madre Nonna era una monja, que cuidaba de Estrella, también conocida como Stella. Esa niña no tenía madre pero sí un padre que nunca podía ir a verla porque estaba muy ocupado. La niña estaba haciendo una función. pero el padre nunca iba verla y todos se iban con sus familiares menos ella y un niño. Un día después del ensayo la niña se fue con la madre Nonna y estaba en la casa que le dio Kate para que hiciera el programa de Home Base. El padre de Estrella apareció y preguntó por su hija y la madre Cordellia le dijo que ya se había ido. El padre la dijo que ya vendrá para el siguiente ensayo. La madre Cordellia se lo dijo a la madre Nonna y ella se quedó muy preocupada porque no le gustaba el padre que tenía y que si la pasaba algo a Nonna que Cordellia cuide de ella y que nunca se fuera con el padre.

Estrella se empieza apreguntar porque no tiene madre como todos los demás niños. Nonna decía que es que su madre no podía cuidarla. Alvirah seguía leyendo la biblia de Bessie para convencerse y descubrir que la biblia de Bessie era falsa y que no la había escrito ella. Un lunes por la mañana Alvirah estaba hablando por teléfono con Charley, y le explicó que los Baker se dedicaban a esplumar a mayores, también que el caso más reciente fue en Charlestown el año pasado, y Alvirah le sugirió que los Baker hicieron otro testamento y
Charley le dijo que era justo eso y que investigara el caso.

Por ahora no está mal pero llevo mucho tiempo con este libro y a lo mejor lo cambio, pero intentaré leérmelo hasta el final.

SANDRA RODRÍGUEZ

El diario de Ana Frank, una historia real

Ana estaba muy contenta porque iba a venir un habitante nuevo a su escondite. Su nombre era Alfred Dussel y era un dentista. Cuando llegó, el señor Van Daan le dio el Prospecto y Guía de la Casa De Atrás (su escondite).

Por otro lado, Ana tenía riñas con todos los de la casa. Decían que ella era un mal ejemplo y que estaba maleducada. Esto a Ana le molestaba mucho.

Me ENCANTA este diario. Cuenta lo que siente y lo que ve y si fuera ella sentiría lo mismo

Bep y Miep (unos amigos de la familia) informaron a los Frank y a los Van Daan de que los nazis estaban empezando a llevarse a gente a campos de concentración. Ana les tenía mucho miedo a estos campos ya que les rapaban la cabeza y les axfixiaban con gases.


Por otro lado, el señor Frank había empezado a darles clase a Ana y a el hijo de los Van Daan.
Ana también dice que se había comprado varias cosas con los 150 florines que le había dado su padre.


CARMEN ROBINSON

David sigue con el Libro del Cementerio

El famoso bebé, crece y ya tiene edad para empezar a leer. No puede salir del cementerio y por tanto no puede ir al colegio. Nad es el nombre del chaval. Silas le enseña a leer las letras del abecedario, a escribir y a contar. Silas le explicó a Nad la historia de su familia que fue asesinada. Un día de muchosol, Nad conoció a una niña que estaba viva. La niña le dijo a su madre que iba a jugar colina arriba y fue allí donde los dos se
hicieron muy amigos mientras jugaban.

DAVID SÁNCHEZ

miércoles, 10 de marzo de 2010

Sobre la boma atómica en Hiroshima. Tomado de la Wikipedia

La bomba Little Boy fue arrojada a las 08:15 horas de Hiroshima y alcanzó en 55 segundos la altura determinada para su explosión, aproximadamente 600 metros sobre la ciudad. Debido a vientos laterales falló el blanco principal, el puente Aioi, por casi 244 metros, detonando justo encima de la Clínica quirúrgica de Shima. La detonación creó una explosión equivalente a 13 kilotones de TNT, a pesar de que el arma con U-235 se consideraba muy ineficiente pues sólo se fisionaba el 1.38% de su material Se estima que instantáneamente la temperatura se elevó a más de un millón de grados centígrados, lo que incendió el aire circundante, creando una bola de fuego de 256 metros de diámetro aproximadamente. En menos de un segundo la bola se expandió a 274 metros.


Mientras el Enola Gay se alejaba a toda velocidad de la ciudad, el Capitán Robert Lewis, copiloto del bombardero, comentó: «Dios mío ¿Qué hemos hecho?». Bob Caron, artillero de cola del Enola Gay describió así la escena:

«Una columna de humo asciende rápidamente. Su centro muestra un terrible color rojo. Todo es pura turbulencia. Es una masa burbujeante gris violácea, con un núcleo rojo. Todo es pura turbulencia. Los incendios se extienden por todas partes como llamas que surgiesen de un enorme lecho de brasas. Comienzo a contar los incendios. Uno, dos, tres, cuatro, cinco, seis... catorce, quince... es imposible. Son demasiados para poder contarlos. Aquí llega la forma de hongo de la que nos habló el capitán Parsons. Viene hacia aquí. Es como una masa de melaza burbujeante. El hongo se extiende. Puede que tenga mil quinientos o quizá tres mil metros de anchura y unos ochocientos de altura. Crece más y más. Está casi a nuestro nivel y sigue ascendiendo. Es muy negro, pero muestra cierto tinte violáceo muy extraño. La base del hongo se parece a una densa niebla atravesada con un lanzallamas. La ciudad debe estar abajo de todo eso. Las llamas y el humo se están hinchando y se arremolinan alrededor de las estribaciones. Las colinas están desapareciendo bajo el humo. Todo cuanto veo ahora de la ciudad es el muelle principal y lo que parece ser un campo de aviación».

La explosión rompió los vidrios de las ventanas de edificios localizados a una distancia de 16 kilómetros y pudo sentirse hasta 59 kilómetros de distancia.
Alrededor de treinta minutos después comenzó un efecto extraño: empezó a caer una lluvia de color negro al noroeste de la ciudad. Esta «lluvia negra» estaba llena de suciedad, polvo, hollín, así como partículas altamente radioactivas, lo que ocasionó contaminación aun en zonas remotas.
El radio de total destrucción fue de 1,6 kilómetros, provocando incendios en 11,4 km2. Los norteamericanos estimaron que 12,1 km2 de la ciudad fueron destruidos. Autoridades japonesas estimaron que el 69% de los edificios de Hiroshima fueron destruidos y otro 6-7% resultó dañado.
A pesar de que aviones norteamericanos habían lanzado previamente panfletos advirtiendo a los civiles de bombardeos aéreos en otras 12 ciudades, los residentes de Hiroshima nunca fueron advertidos de un ataque nuclear. Entre 70 y 80.000 personas, cerca del 30% de la población de Hiroshima murió instantáneamente, mientras que otras 70.000 resultaron heridas.  Cerca del 90% de los doctores y el 93% de las enfermeras que se encontraban en Hiroshima murieron o resultaron heridos, ya que la mayoría se encontraba en el centro de la ciudad, área que recibió el mayor daño.